Desarrollo sostenible

Es difícil imaginar vivir en un mundo sin textiles. Casi todo el mundo, en todas partes, entra en contacto con ellos casi todo el tiempo. Esto es especialmente cierto en el caso de la ropa, el tema central de este informe. La ropa proporciona comodidad y protección, y para muchos representa una importante expresión de individualidad. La industria textil también es un sector importante de la economía mundial, que proporciona empleo a cientos de millones en todo el mundo. A pesar de estos beneficios, la forma en que diseñamos, producimos y usamos la ropa tiene inconvenientes que son cada vez más evidentes. El sistema textil funciona de forma casi completamente lineal: se extraen grandes cantidades de recursos no renovables para producir prendas que a menudo se utilizan por poco tiempo, tras lo cual los materiales se envían mayoritariamente al vertedero o se incineran. 

Cada año se pierden más de 500.000 millones de dólares estadounidenses debido a la infrautilización de la ropa y la falta de reciclaje. Además, este modelo de toma de decisiones tiene numerosos impactos ambientales y sociales negativos. Por ejemplo, las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la producción de textiles, de 1.200 millones de toneladas anuales, son más que las de todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Las sustancias peligrosas afectan la salud tanto de los trabajadores textiles como de los que usan ropa y se escapan al medio ambiente. Cuando se lavan, algunas prendas liberan microfibras de plástico, de las cuales alrededor de medio millón de toneladas cada año contribuyen a la contaminación del océano, 16 veces más que las microperlas de plástico de los cosméticos. Las tendencias apuntan a que estos impactos negativos aumentan inexorablemente, con el potencial de resultados catastróficos en el futuro. Este sistema lineal está listo para ser interrumpido. Este informe describe una visión para un sistema que funciona y ofrece beneficios a largo plazo: una nueva economía textil basada en los principios de una economía circular. Ofrece una dirección de viaje en la que la industria puede ponerse de acuerdo y centrar sus esfuerzos. En una nueva economía textil, la ropa, los textiles y las fibras se mantienen en su valor más alto durante el uso y luego vuelven a ingresar a la economía, sin terminar nunca como desperdicio. Esta visión es distinta y complementa los esfuerzos en curso para hacer que el sistema textil sea más sostenible minimizando sus impactos negativos. Con un énfasis específico en la innovación hacia un sistema diferente, una nueva economía textil presenta una oportunidad para ofrecer resultados económicos, sociales y ambientales sustancialmente mejores. Transformar la industria para marcar el comienzo de una nueva economía textil requiere

cambio a nivel de sistema con un grado sin precedentes de compromiso, colaboración e innovación. Las actividades existentes centradas en la sostenibilidad o en aspectos parciales de la economía circular deben complementarse con un enfoque global concertado que coincida con la escala de la oportunidad. Tal enfoque reuniría a los actores clave de la industria y otras partes interesadas detrás del objetivo de una nueva economía textil, establecería compromisos conjuntos ambiciosos, pondría en marcha proyectos demostradores de cadenas de valor cruzadas y orquestaría y reforzaría iniciativas complementarias. Maximizar el potencial de éxito requeriría establecer un vehículo coordinador que garantice la alineación
y el ritmo de entrega necesario.

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